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La voluntad es el gran motor de la vida

  • Última actualización
    29 abril 2025 05:20

Cuando comencé mi profesión de Consignatario de Buques en 1961, una de mis primeras obsesiones fue conseguir que Madrid embarcase y desembarcase su carga a través del Puerto de Valencia. En aquel entonces, eso no era así.

Madrid solo conocía dos puertos: Barcelona y Bilbao. Intenté promocionar Valencia, pero sin éxito alguno, en principio.

Averigüé que en Arganda del Rey había un Polígono Industrial importante.

Pensé que era una oportunidad porque al estar Arganda sobre la carretera de Valencia, no habría inconveniente de utilizar el Puerto de Valencia.

Me preparé el viaje. Fui solo en mi Renault 8. Dormí en una fonda de Arganda, para tener todo el siguiente día libre. Creo que me visité todas las empresas del Polígono, con un resultado nulo, decepcionante.

Todos me decían lo mismo. Si necesitaban algún puerto, consideraban siempre Bilbao para el Norte y Barcelona para el Este. No conocían Valencia para nada, ni les interesaba.

Mis argumentos de que estaban sobre la carretera de Valencia, en principio, no lo tenían en cuenta. Todos mis razonamientos se estrellaban ante la poca perspicacia empresarial. Me decían que “siempre” estaban utilizando Bilbao o Barcelona. Fue uno de los días más tristes en mi negocio, que todavía lo recuerdo.

Volví muy tarde a Valencia. Paré en Motilla. Y cuando reanudé el viaje recuerdo que lloré de rabia. No por los dos días perdidos sino por el fracaso de mi gestión.

No abandoné la idea de que Madrid “podía y debería” ser un cliente de nuestro puerto

Unos cuantos años después la cosa cambió totalmente. Madrid “descubrió” a Valencia. Comenzamos a conseguir carga de Madrid. Hasta tal extremo, que decidí abrir una oficina en la capital de España.

Con el paso del tiempo, los cargadores y receptores de Madrid fueron descubriendo que el Puerto de Valencia les atendía bien

Como soy de la opinión que las cosas se han de comenzar desde bajo, hablé con los agentes de fletamentos SOCOMAR, ubicados en Madrid, buenos amigos míos, que sin ningún reparo, me cedieron un amplio despacho en sus propias oficinas, en la calle Cea Bermúdez 66.

Faltaba lo principal. A través de unas amistades de Madrid conseguí lo más difícil: la persona adecuada. Lo logré con José Moreno Benavente. Al que me traje a Valencia durante varias semanas para enseñarle nuestro negocio. Aprendió rápido.

En julio de 1996, abrimos oficialmente nuestra Delegación de ROCA MONZO en Madrid y poco a poco, comenzamos a conseguir nuestro objetivo principal que era lograr carga de Madrid para nuestro puerto.

Con el paso del tiempo, la Delegación de Madrid, fue un éxito para nuestra empresa.

Los cargadores y receptores de Madrid fueron descubriendo que el Puerto de Valencia les atendía bien. Además, al ser el puerto más cercano a Madrid, el transporte terrestre les disminuía su coste.

Yo siempre digo que “La voluntad es el gran motor de la vida”. Creo que aquí se podría aplicar.

Perseveramos en la idea de conseguir carga de Madrid, hasta que lo conseguimos.

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