Cuando comencé mi profesión de Consignatario de Buques en 1961, una de mis primeras obsesiones fue conseguir que Madrid embarcase y desembarcase su carga a través del Puerto de Valencia. En aquel entonces, eso no era así.
Madrid solo conocía dos puertos: Barcelona y Bilbao. Intenté promocionar Valencia, pero sin éxito alguno, en principio.
Averigüé que en Arganda del Rey había un Polígono Industrial importante.
Pensé que era una oportunidad porque al estar Arganda sobre la carretera de Valencia, no habría inconveniente de utilizar el Puerto de Valencia.
Me preparé el viaje. Fui solo en mi Renault 8. Dormí en una fonda de Arganda, para tener todo el siguiente día libre. Creo que me visité todas las empresas del Polígono, con un resultado nulo, decepcionante.
Todos me decían lo mismo. Si necesitaban algún puerto, consideraban siempre Bilbao para el Norte y Barcelona para el Este. No conocían Valencia para nada, ni les interesaba.
Mis argumentos de que estaban sobre la carretera de Valencia, en principio, no lo tenían en cuenta. Todos mis razonamientos se estrellaban ante la poca perspicacia empresarial. Me decían que “siempre” estaban utilizando Bilbao o Barcelona. Fue uno de los días más tristes en mi negocio, que todavía lo recuerdo.
Volví muy tarde a Valencia. Paré en Motilla. Y cuando reanudé el viaje recuerdo que lloré de rabia. No por los dos días perdidos sino por el fracaso de mi gestión.
No abandoné la idea de que Madrid “podía y debería” ser un cliente de nuestro puerto
Unos cuantos años después la cosa cambió totalmente. Madrid “descubrió” a Valencia. Comenzamos a conseguir carga de Madrid. Hasta tal extremo, que decidí abrir una oficina en la capital de España.